
22/10/2022
Pasan, no las semanas, ni los meses, son años y aquí sigo, con seis libros escritos y sin publicar ninguno; reconozco que acabados de todas las correcciones y preparado para publicar, no tengo más que uno, y ahí está, muerto de risa porque todavía no me he decido a hacerlo. Este comentario lo he hecho ya varias veces, y siempre para llegar a la misma conclusión: no lo digo yo, algún escritor profesional ya me lo ha dicho, si no se hace una campaña de Márketing en la que se dé uno a conocer, aun habiendo escrito la mejor novela, no se va a vender. ¿Quién compra un libro de un escritor que no conoce? Es verdad que tampoco estoy empezando, ya tengo mi página web –www.alejandrodelucas.com-, y en las redes sociales, aunque lejos de ser un experto, llevo tiempo trabajando en ellas; al menos en Faceebok. Tampoco soy aquel novato que empezó a escribir hace tantos años, en los que tenía claro que había que seguir el consejo de Sta. Teresa: «La paciencia todo lo alcanza». Y será cuestión de paciencia, pero pasa el tiempo y este va haciendo mella en uno. Sinceramente, no persigo dinero, no me hace falta, pero me ha costado mucho escribirlos y me gustaría que fueran leídos, ese es el principal motivo que me anima a seguir trabajando. Acostumbro a presentarme a los concursos literarios, ganar uno y si es importante mejor, sería la mejor manera de darme a conocer. Pero alguna vez habrá que hacerlo, yo soy el más interesado, mentiría si dijera que no me hace ilusión ver un libro mío ya publicado. Agradezco el consejo de alguien que ya haya pasado por esta etapa de la vida de un escritor. Como siempre digo: «será lo que Dios quiera»

Un futuro incierto
En este mundillo de los libros en que me encuentro, lo mío lo veo algo estancado, pues no sé qué más he de hacer para salir del túnel y empezar a ver algún pequeño rayo de luz. Un libro, «El buen ladrón», ya le he dejado por concluido, si le diera otro repaso podría mejorarle algo, pero creo que son ya más diez revisiones las que le he dado y no puede uno pasarse la vida dando vueltas por la misma calle. El camino sigue, tengo otros que corregir, incluso, a veces pienso que tengo las dos primeras novelas que escribí en el olvido, y la verdad, estoy con ganas de empezarlas y aún tengo que acabar antes de corregir otras tres. Sin embargo, es el mundillo del Marketing lo que más me preocupa, aquí sí que por más que me esfuerzo no logro atisbar el más mínimo resquicio de éxito. Tengo una página web –alejandrodelucas.com-, que os invito a echarla un vistazo. He empezado a trabajar ya en ella, procuro también estar presente en las redes sociales, Facebook y Linkedin son las que más suelo utilizar, publico algo todas las semanas, y aún así, me creo que acabo de empezar. Veo poco la televisión, pero cuando lo hago, no son pocas las veces que escucho como todo el mundo opina lo mismo: cada cual en la profesión que practica se queja de lo duro que resulta abrirse paso, y yo no puedo decir que sea una excepción. Lo digo de corazón, he trabajado mucho, son muchas las horas que paso leyendo y escribiendo para formarme, y aun así, no basta con eso, además hay que aprender el maldito márketing. Reconozco que no debo quejarme, en la misma situación hay multitud de escritores, y no tienen por qué ser peores que yo. Dice un proverbio chino que: «la más larga caminata se empieza con un primer paso», yo ese creo haberle dado, ahora falta por saber cómo es de larga la caminata que me falta por recorrer. Como siempre: «será lo que Dios quiiera»
12/11/2022
Sigo trabajando y, honestamente puedo decir que, sin que me haya bajado el ánimo. Soy optimista, pero también más consciente de la realidad y, aunque me pese, esta es muy diferente de la que yo creía. Puedo afirmar y soy sincero, que no busco exclusivamente el éxito cuando me siento a escribir en mi despacho, la fama y el dinero no son mi principal objetivo, aunque no es mucho lo que gano, sí lo suficiente para llevar a cabo la vida que me gusta. Sin embargo, son muchas las horas que lo dedico cada día y, todos los días de la semana. Esto no se hace solo por amor al trabajo, tiene que haber algo más, y en mi caso así es. Pienso que el trabajo que hago es interesante, merece la pena ser leído, y esto es lo que me mantiene, la ilusión de que algún día lo que hago sirva de provecho a un buen número de personas. Cuando escribo, no lo hago solo con la idea de entretener, procuro crear también un pequeño trasfondo que al lector no le deje indiferente, que le haga reflexionar y, si es posible, hasta ser mejor persona; en pocas palabras, que cuando acabe de leer la novela ya no sea la misma persona.
Estoy leyendo un libro de no ficción en el que una de las cosas que relata su autora, es que hay que perder el miedo a publicar esa primera novela. Yo ya no voy por la primera, estoy escribiendo la séptima, aunque es verdad que preparadas para ser publicadas no tengo más que una. Y no es el miedo lo que me retiene, es que también en este mismo libro al que he hecho antes referencia, y también otros que he leído, recalcan bien que no basta con escribir bien para que a uno le lean, hay que darse a conocer y, esto resulta tan difícil o más, que el aprender a escribir. El escritor de hoy en día es un empresario en toda regla, ha de formarse en muchas facetas, además de la escritura. Es lo que llaman Márketing Digital, y que a mí tanto se me atraganta. «Como siempre, será lo que Dios quiera»

26/II/2022
Sigo al pie del arado, trabajando sin descanso y animado como el primer día, aunque, no es menos verdad que, cada día que pasa uno es más consciente de la dura realidad de este oficio de escritor. Tampoco soy honesto al opinar así, pues no es ni más fácil ni difícil que cualquier otro. Acabo de pronunciarme sobre la realidad laboral de mis hijos, sobre lo duro que lo tienen, no solo para encontrar trabajo, uno que les permita ser autosuficientes el resto de su vida. eso pienso que ocurre en este, escribir un libro no voy a decir que lo haga cualquiera, pero pienso que sí lo puede hacer cualquiera que se lo proponga. Ahora bien, la cuestión está en conseguir que después lo lea una buena cantidad de gente. Decía el ilustre señor Einstein que, la clave del éxito: un veinte por ciento inteligencia, el resto es a base de trabajo. Perseverancia es la palabra más repetida en los manuales de escritura y, yo me atrevería a decir que, incluso con eso no basta. No lo sé si ya desde que nacemos lo hacemos con nuestro destino ya marcado, o es a base de esa puñetera perseverancia como hay que forjarlo.
Lo he publicado varias veces, voy por la séptima novela, aunque es una sola la que tengo realmente acabada de hacer todas las correcciones y lista para ser publicada. No me he decidido a hacerlo porque pienso que sería para colocarla unos cuantos días en unas estanterías y, después nadie la compre porque no te conocen. Sigo presentándome a los concursos literarios con la ilusión de poder ganar alguno que me sirva como trampolín para empezar. Me gustaría que alguien que ya se haya lanzado a este abismo, como yo encuentro el proceso de la publicación, y me diera un consejo sobre cuál puede ser el camino correcto a seguir.
10/12/2022
Diario de un escritor.
El tempo confirma lo que la voz de la experiencia después dice. Antes de que empezara a escribir, me parecía imposible escribir una novela, al fin me decidí a dar el primer paso y, en este momento lo tengo más que superado. Lo mismo me pasó después con el Márketing Digital, no solo lo veía difícil, lo sigo viendo, pero lo que he conseguido aprender ya, me parecía imposible hace no tanto. Ahora ocurre lo que antes tanto me temía, que he de dedicarlo tanto tiempo, que apenas me deja dedicar el tiempo que debiera a la escritura y otros quehaceres. Entre unas cosas y otras, bien puedo decir que en este momento, después de tener seis novelas acabadas, no poseo ninguna lista para publicar. La que ya creía tener acabada, he decidido a última hora hacerla unos cambios, una modificación de un personaje, y, esto, a su vez, me obliga a hacer un gran cambio de la novela. Mientras esté en esta, no puedo hacer nada en las otras, lo que me lleva a pensar que, las dos primeras que son novelas a las que guardo un gran cariño, no parece que vaya a tener tiempo nunca de tocarlas; eso que son las que me han de llevar un trabajo mayor.
Me preocupa también ahora lo que he dicho antes, el tiempo excesivo que dedico a las redes sociales. Antes publicaba un artículo cada quince días, ahora lo hago casi a diario. Aunque reconozco que debe ser así, veo como la gente de éxito me torpedean en el correo a diario, como mucho, cada semana, por lo que yo he aumentado también el tiempo que dedico a estas cosas. Me preocupa esto también, antes no dedicaba un solo segundo de tiempo a reflexionar sobre esto, y ahora me paso bastante tiempo pensando en ello. Pienso que ha de ser así, lo dice la sabiduría popular y esta nunca se equivoca: «El que algo quiere algo le cuesta», aunque en mi caso sería más correcto decir: «El que algo quiere, trabajo le cuesta». Me doy cuenta que es así, a base de perseverancia, una buena dosis de Paciencia, y, sobre todo, al menos en mi caso particular, añadiría una dosis no menor de Fe. Al final no va a ser lo que nosotros queramos, eso sí, eso no quiere decir que si queremos conseguirlo, ya lo dijo el Sr. Einstein: «La clave del éxito, veinte por ciento inteligencia, el resto, trabajo».
Otro aspecto que para mí es también causa de una gran inquietud, es el de la publicación, otros escritores tal vez no publicaron antes porque no encontraron una editorial que se lo hiciera, no es mi caso, he presentado dos novelas a varias editoriales y, todas me las han admitido; algunas como Círculo Rojo y Caligrama, son de prestigio. Pero no lo hago por dos motivos: el primero, no he hecho el márketing suficiente y soy un autor desconocido. Y segundo, veo que como escritor sigo aprendiendo, y no veo nunca la novela con la perfección que yo quisiera, y claro, este afán perfeccionista me lleva a retrasarlo y lo que ocurre es que no lo hago nunca.
24-12-2022
Pasa el tiempo, ya no es cuestión de meses, ni siquiera unos pocos años, son ya muchos los que llevo dedicados al mundo de la escritura y, si bien es verdad que es mucho el trabajo que he hecho y lo que he escrito, desde el punto de vista profesional, no puedo decir que haya tenido éxito. Sin embargo, no sería justo dejar aquí la reflexión, pues aunque hasta ahora no he tenido más que pérdidas materiales, en cuanto al aspecto personal, bien puedo decir que a mí la escritura me ha cambiado la vida. Yo no hubiera suido el que soy si no me hubiera dedicado a escribir. Dice un proverbio ruso que: «Hay quien pasa por el bosque y no ve mas que leña para el fuego», a mí, en cambio, la escritura me ha servido para conocerme mejor. Y si a «las palabras se las lleva el viento», cuando estas quedan escritas ya no ocurre eso. El expresar por escrito lo que siento me ha hecho ser más consciente, me ha ayudado a aprender a situarme en un mundo más real, tanto el exterior como el interior. La persona que escribe es más sabia, reflexiona más lo que sucede dentro de sí mismo y en su entorno, y es más consciente de los problemas que ocurren así como de su posible solución.
Pero voy a dejar aparte el mundo ajeno y me voy a centrar en el mío personal, darle a conocer para que, agradecido, sobre todo, pueda tener el consejo de otras personas que de esto saben más que yo. Mi situación profesional es esta: «Además de tener escrito un libro de ensayo, voy por la séptima novela escrita, si bien es verdad que acabadas de todas las correcciones y preparadas para publicar, no tengo más que una. En cuanto al márketing, tampoco mi situación es la de hace años, ya tengo mi página web y trabajo alguna red social –facebook y Línkedin-. Ahora bien, después de leer algunos artículos de otros escritores, si unos dicen que mientras no seas un autor bien conocido no vas a vender tu obra, otros aconsejan que hay que arriesgar y publicar. La novela que digo, ya hace tiempo que la sometí a varios informes de lectura, la hice una corrección ortotipográfica, todo ello por profesionales que ha cobrado un dinero. Después, a raíz de otras correcciones que he hecho, me veo obligado a hacer otra nueva corrección ortotipográfica, lo que serán ya tres. Luego la novela está acabada y pregunto, ¿PUBLICO YA O NO?, Y, SI HE DE HACERLO, CÓMO, AUTOPUBLICACIÓN O IMPRESO.
28/01/2023
Empiezo como otras veces, antes de iniciar la escritura, dedico un tiempo a corregir el diario de lo escrito en tiempos pasados; y qué recuerdos tan gratos me produce. Ahora he repasado lo sucedido hace treinta años y, créanme, no voy a decir que me haya emocionado, pero poco menos. Tanto tiempo después de comenzar, reconozco que es de las cosas más interesantes que he hecho en esta vida, escribir. Comencé con un diario, a este le siguieron unas reflexiones, y después ya se sabe, con los libros que tengo escritos. Pero si tuviera que destacar algo por encima de todo, más que lo escrito en sí, es lo que esa escritura ha influido en mí. Hecho una mirada hacia atrás, bastantes años atrás, y me doy cuenta que ya no soy el mismo; como creo que ocurre a toda la gente, con la salvedad de que a mí ha sido la lectura y, sobre todo la escritura, lo que más me ha influido. Recuerdo no hace tanto tiempo, cuando empecé con el mundo del márketing, una tal Beatriz Blasco recalcaba en sus escritos sobre la importancia de algunas actitudes como la de la disciplina y la perseverancia, las cuales se consiguen a base de unos hábitos saludables que nos ayuden a conseguirlas. Tanto este propósito como cualquier otro, es mejor proponérnoslo por escrito y machacarlos durante un buen número de días; a ser posible no menos de treinta. Las cosas externas: el éxito, las riquezas materiales, están bien y quien diga lo contrario miente, pero no es menos verdad que, hay veces que, debido al uso incorrecto que hacemos de ellas, pueden producirnos ciertos cambios interiores nada buenos; pongamos como ejemplos a un buen número de famosos que han acabado mal. Pero la escritura, además de la fama y el dinero que pueda aportar a unos pocos, lo que realmente nos proporciona, al menos bajo mi modesta opinión, es una riqueza interior que, además de prosperidad nos proporciona felicidad. Es un consejo que doy a mis seres queridos, que escriban, no con el objetivo de llegar a convertirse en escritores profesionales, simplemente se limiten a escribir de su vida, de sus sentimientos, etc, para mejorar como personas.
En cuanto al aspecto profesional, poco puedo añadir a lo escrito hace quince días, tal vez lo siguiente: presenté una de mis novelas a un concurso literario hace tiempo y, aunque no ganó, los de la editorial se pusieron en contacto conmigo para proponerme su publicación, corriendo ellos con los gastos. Incluso me mandaron por correo el contrato para hacerlo. He de decir que, me hacía ilusión ver ya una de mis novelas publicadas, y más sin gastarme un duro, que es lo que siempre he intentado; todos sabemos el engaño que resulta a veces el mundo editorial. No hacía mucho que otra de mis novelas la corregí junto con una editora que trabaja por su cuenta, le pedí su opinión y me dijo que era un engaño, cuando no era así. Al final aquello se fue al traste y ahora se lo he vuelto a proponer a la editorial, les mandé de nuevo la novela y se han puesto en contacto conmigo, diciendo que es una novela larga y habría que publicarla en dos partes. La cuestión se ha quedado ahí, porque creo que con doscientas setenta mil palabras, reconozco que no es corta, pero tampoco se puede decir que sea una novela larga; y es que tampoco sabría por donde cortar para hacerla dos partes. Dicho esto, mi etapa como escritor sigue su camino, es verdad que ya son muchos los años dedicados a ello y sigo sin ver un pequeño atisbo de luz al final del túnel. Pero como decía Felipito Tacatún, ¡¡yo sigo!!
25/02/2023
Otras dos semanas más y, al igual que en las anteriores, puedo utilizar el mismo comienzo que entonces, no ha ocurrido nada nuevo que sea digno de destacar. Sigo con mi trabajo, escribo, corrijo, utilizo las redes sociales y actualizo mi web, pero no ocurre lo que tanto quisiera. Una de mis novelas está ya terminada, con todas las correcciones hechas, hasta con varias editoriales dispuestas a publicarla, no solo esa, otras que las he presentado. Y no lo he hecho, no he considerado que es el momento, como he dicho ya en anteriores ocasiones, sigo aprendiendo. Sé que tengo que publicar, alguna vez ha de ser, y no se puede esperar por la idea de que se puede perfeccionar más, la novela que he dado por acabada tiene más de diez correcciones mías, dos informes de lectura y otras dos correcciones ortotipográficas, todas hechas por profesionales de la escritura y por las que he pagado un dinero. Es la tercera que he escrito, mientras tanto, estoy trabajando en otras tres que he escrito después, y tengo desde hace muchos años «muertas de risa», las dos primeras, y aunque son novelas que, por ser las primeras sé que las voy a tener que dedicar mucho tiempo y trabajo, las tengo mucho cariño. Dicho esto, he de reconocer que, mi vida como escritor transcurre de forma apasionante porque me gusta, y aunque no me ha proporcionado éxito y dinero, si me ha ayudado a madurar como persona, que creo que es el mayor éxito y la mayor riqueza a la que puede aspirar cualquiera. Hago pública esta faceta de mi vida, buscando el consejo de personas que con una mayor experiencia que la mía, de buen corazón se ofrezcan a darme un consejo interesante que me sirva para mejorar. Como siempre, «será lo que Dios quiera»
11/03/2023
Puedo parecer un poco pesado, tal vez hasta aburrido, pues acostumbro a sacar en las redes cada dos semanas mi vida como escritor, y, la verdad, en tan breve espacio de tiempo no pueden haber cambiado mucho las cosas; podía decir que no solo en estas dos semanas, incluso en estos dos últimos meses. Pero bueno, acostumbro a hacer un comentario según pasa este tiempo y voy a seguir con ello; me parece interesante y es algo que aconsejaría a toda la gente. Como entonces, tengo una novela acabada del todo y, otra estoy corrigiendo aplicando los cambios que me mandó el lector profesional, otra tiene otro lector profesional diferente para que me haga el correspondiente informe de lectura como hizo el de la anterior. Trabajo con varios lectores, son puntos de vista diferentes y lo considero más enriquecedor. Puede haber personas que se pregunten por qué no me decido a publicar la que tengo acabada, y a veces hasta yo también lo hago. Quiero tener una novela con la que participar en los concursos literarios, y si la publico, ya no puedo hacerlo. Voy a esperar a tener otra acabada, y entonces sí creo que debo decidirme a dar el paso definitivo, aunque no haya hecho lo que debiera de Márketing Digital, pero alguna vez ha de ser y pienso que ya no debo demorarlo más. Tengo hecha la página web, participo en las redes sociales y gracias a ellas hay gente que abre mi página web, pero si no hay ningún libro u otra cosa que vender, de poco sirve que me vean. Aprovecho este escrito con el que he expuesto el tema, para pedir consejo a otros escritores que hayan pasado por esta misma situación u otra parecida y quieran darme un consejo, se lo agradecería de todo corazón. Como siempre: «será lo que Dios quiera»

18/03/2023
No sabría cómo definir mi estado interior actual, es una mezcla de sosiego y a la vez de disconformidad. Sé que puede resultar un tanto ambiguo, pero es así, y trataré de explicarlo. Sosegado, porque es verdad, soy feliz, gracias a Dios puedo decir que hago lo que me gusta y pienso que pocas cosas puede haber tan interesantes, y a la vez tan agradables. Si encuentras un trabajo o un entretenimiento que te gusta, uno puede considerarse una persona afortunada por ello. Pero volviendo a la reflexión inicial, aunque pueda parecer contradictorio, así me ocurre a mí y a otra mucha gente como yo. Soy una persona cristiana y, ya se sabe lo que ocurre en esta sociedad del primer mundo donde está de moda precisamente lo contrario de la moral cristiana. Si esta aconseja ser personas desprendidas, con un marcado espíritu de servicio hacia los demás, donde prime tanto las necesidades del otro como las nuestras, vivimos en una sociedad que persigue el éxito personal a toda costa, la fama y el dinero son los valores predominantes, y no importa cómo se consigan, incluso si es a base de humillar a los demás; lo único a tener en cuenta es el yo, los demás pasan a un segundo plano y, cuando se les tiene en cuenta es por pura hipocresía, para guardar las apariencias. Nuestros corazones están vacíos, cuando eres una persona convencida de lo primero, que lleva una vida coherente, que actúa de acuerdo con sus convicciones y unos buenos valores, no se puede negar que obrar así resulta difícil porque te mueves en dirección contraria a las modas que triunfan en la sociedad del momento. No se sabe si el cristianismo en tiempos pasados estaba bien o mal visto, la historia nos dice que siempre ha pasado por momentos de todo, pero en estos tiempos que ahora toca vivir, se puede decir que, al menos en el entorno que conozco, no hay persecuciones con agresiones físicas, pero no está bien visto. Y dicho esto, puedo afirmar que resulta difícil nadar a contracorriente, actuar con forme a tus ideas, sin embargo, es en situaciones como estas donde se forja el auténtico carácter de la persona; que se lo digan a Gandhi, Martin Luther King, todos ellos perseguidos y asesinados por ir en contra de las ideas del momento. Es fácil ser un pelota, como suele suceder en las personas que carecen de amor porque obran por interés. Lo difícil es amar, el amor siempre lleva aparejado el sello del sufrimiento. Solo el que no ama no teme, pero se convierte en un pasota que tampoco disfruta. El gozo está reservado para las personas comprometidas, unidas a otras por lazos desinteresados y cargados de un afecto que se logra a base del trato y la benevolencia. Dicho esto, llega uno a la conclusión de que, para disfrutar de algo hay que involucrarse hasta crear un vínculo basado en la amistad, o, aún mayor, de amor. Y ya por último, y juzgo por mi experiencia personal, además de ver lo que ocurre en esta sociedad, me atrevería a afirmar que, para ser feliz en esta vida hay que prepararse a sufrir, al pasar a ser un bicho raro por pretender ser feliz. En cambio, si no es así y te dejas arrastrar por los gustos que te impone este mundo, el éxito y la fama, acabas en el caos: divorcio, drogas, etc. Sé que puede parecer una incongruencia, pero si nos fijamos en los ejemplos de las personas triunfadoras que nos muestra la televisión, las redes sociales, etc, la mayor parte terminan así. Lo decía, no sé si S. Carlos Borromeo o el señor Fiodor Dostoieski: «Sé una persona cabal, honrada y de corazón, no te formes una opinión elevada de ti mismo, y haz lo que quieras»