Salud, dinero o amor

         Es sábado Santo, jornada de reflexión y es lo que voy a hacer, y sobre un comentario que escuché decir a una persona mientras estaba sentado en una reunión familiar. Más que un comentario, se puede decir que es una frase, y es la siguiente:

«Lo más importante en esta vida es la salud».

         En primer lugar, destacar que quien escribe esto es una persona que está en silla de ruedas, digo esto porque, si alguien sabemos lo importante que es la salud, somos quienes nos falta. Hecha esta pequeña aclaración, voy a centrar mi escrito, más que en la frase de esta persona, a la que se lo agradezco, pues ella me lleva a hacer esta otra que todo el mundo ha tenido en mente alguna vez:

«¿Qué es más importante, la salud, el dinero, o el amor?»

* La salud: Quien no dice que la salud no es importante, es fundamental para disfrutar plenamente de la vida. Pero la salud por sí sola, sin dinero y sin amor, es como un maniquí de una tienda de ropa, que no posee más que apariencia y es incapaz de disfrutar de la vida porque carece de medios y de sentimientos.

* El dinero: No es lo que escogió esta persona, pero estoy seguro que la mayor parte, aunque no lo reconozcan en público, de forma privada seguro que es lo que escogerían. La mejor prueba de ello, es fijarnos en esta sociedad del mundo desarrollado donde ponemos como ejemplos de éxito a las personas con más dinero. Pues bien, el dinero, sin salud y sin amor, nos vuelve personas egoístas que acaban mirando solo para sí mismas y, al que ese dinero, lejos de aportarles un beneficio, les aleja de los demás y les hace más desgraciados.

* El amor: Si nos damos cuenta, es la palabra que figura como indispensable en los tres apartados. Lo que hace feliz a una persona no es lo de fuera sino el sentirse bien uno mismo por dentro. De poco sirve tener salud, o vivir en un palacio lleno de dinero, si no eres feliz, estás ya muerto. Y para ser feliz es imprescindible, tanto amar como sentirse amado. ¿Y cómo se consigue esto? Lo decía la madre Teresa de Calcuta en una de estas frases tan geniales que tiene ella: «Quien no nace para servir, no sirve para vivir».

Y esa es la clave de la felicidad, mis queridos amigos, el espíritu de servicio, porque eso es el amor. Pero no el amor por uno mismo, eso es egoísmo, sino por los demás. La salud es importante, claro que sí, pero siempre y cuando vaya acompañada de una dosis de amor que nos lleve a mirar no solo por nosotros, también por los demás. El dinero también es importante, pero al igual que lo anterior, siempre y cuando vaya acompañado de una pequeña dosis de amor que nos haga utilizarlo en beneficio no solo nuestro, también de los demás. Y por fin el amor, sin lugar a duda lo más importante. Pero ha de ser un amor sano y sincero, no el  amor hipócrita que reina en esta sociedad aún más hipócrita, y en la que me ha tocado vivir, donde los animales son más importantes que las personas. Salimos encantado a pasear con nuestro perro, incluso le llevamos a la peluquería y así unas cuantas cosas más como estas que no son cosas incluso que pida el animal, y no lo veo mal si no fuera porque luego a nuestros padres que han dedicado la mayor parte de su vida a proporcionarnos el bienestar que tenemos, los metemos en una residencia. Y hasta nos podemos ir de vacaciones al paraíso que tengamos en mente, con el cuerpo lleno de salud y la maleta llena de billetes, pero si dejamos a una persona «querida» abandonada e indefensa, la vida nos pasará factura por ello.

Y para terminar, y perdón por alargarme tanto, voy a hacer referencia a una frase que es la clave de todo:

«El desconocimiento de uno mismo produce soberbia, el desconocimiento de Dios, produce desesperación».    S. Bernardo de Claraval.

Me daría para escribir un artículo esta frase por si sola, por lo que intentaré ser breve. Si nos conociéramos bien, y fuéramos conscientes de la gran cantidad de defectos que tenemos, no juzgaríamos tanto a los demás a sus espaldas. Pero es la segunda parte de la frase la importante, la que da con la respuesta al razonamiento anterior. Los que ponen solo en el centro de su vida a la salud y el dinero, acaban en la desesperación, lo más importante es el amor y, permítanme decir que, solo DIOS ES AMOR. Si le cociéramos de verdad, veríamos que es así.